La novela se limita a contarnos lo sucedido en el verano de 1922, reflejando así la vida diaría tanto de los ricos como de los pobres. Los conflictos sociales se hacen presentes durante estos años, creando inseguridad y una gran sospecha hacia el resto de personas.
El Gran Gatsby es una meditación llena de simbolismos sobre los Estados Unidos como un todo en la década de 1920, y en particular sobre la desintegración del sueño americano en una época de prosperidad y de exceso de materiales.
Fitzgerald plasma en esta novela unos valores sociales basados en la codicia, en la búsqueda continua del placer y el cinismo. Por lo que crea las grandes fiestas de Gatsby que es lo que hace que las personas se descontrolen y acaben con la imagen del sueño americano.
Nick Carraway pertenece a la clase media del medio oeste, y acude a Nueva York para dedicarse a la compraventa de bonos. Una vez en la ciudad se reencuentra con su prima Daisy y con su marido, Tom Buchanan. Éstos llevan la tranquila vida propia de unos adinerados americanos en los años 20. Tom se dedica a jugar al polo, en cambio Daisy dedica su tiempo a disfrutar de fiestas y posar lánguida en lujosos divanes con su amiga Jordan Backer. Estos carácteres son las aparentes reliquias de un mundo que el sueño americano cree haber dejado atrás.
La sociedad se caracteriza por una gran diferencia entre los que tienen dinero y los que no. Esta novela nos muestra así como la relación entre Gatsby y Daisy no puede cumplirse debido a su condición social. De este modo, Jay debe apoyarse en actividades ilegales y fraudes para conseguir dinero y sobresalir entre la sociedad y crearse una imagen importante. De este modo, Daisy vuelve a fijarse en él; mostrando así una faceta materialista e interesada.
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