La arrogancia

Esta novela no busca describir con detalle lo que es la vida de los pobres, sino la de los ricos. Y es que estos viven del derroche y las apariencias; también de la arrogancia. El más claro ejemplo de esta es Tom, el cual vive en la idea de que él es merecedor de todo. Tom es la antítesis de Gatsby, posee una identidad de hierro, sin discusión, cree en la familia, la herencia, el patrimonio y la supremacía de la raza blanca, y tiene una capacidad descomunal para imponerse. Además, en el personaje de Tom podemos observar a un hombre egoísta y hace lo que tenga que hacer para obtener lo que quiere. Sobre todo, busca tener el control de su vida y el control sobre los demás. El lenguaje seco que utiliza Fitzgerald nos deja claro que a Tom no le importa ser violento.

En la película aparecen varias escenas donde podemos observar este comportamiento arrogante y falso. En una de estas escenas aparece la siguiente oraciones "No quería que pensaras que soy un don nadie." donde observamos como el personaje oculta su verdadero "yo" con una falsa apariencia. Lo que importaba antes que la persona era lo que podía hacer sentir a los demás mediante el dinero.

El personaje de Tom se cree con tanto poder como para ocultar un romance a su mujer y aún así tener ese cinismo para repudiar la idea de que su mujer pudiera estar enamorada de otro hombre.

"Una cosa es segura y nada lo es más: los ricos crían riqueza, y los pobres crían… hijos". En este caso expone de manera clara su arrogancia contra la gente pobre; ve a las personas como máquinas de hacer dinero, excepto a los pobres que son los que llevan una humilde vida, criando a sus hijos, por lo que se veo claramente como él mismo es un egoísta, intuyendo que  él la idea de concebir un hijo supone un gasto y es un cargo que no quiere tener. Los ricos van a seguir siendo ricos y los pobres no pueden aspirar a nada más.